B
ALANCE
Y
MEMORIA
DEL
CUENTO
EN
EL
E
XILIO
Me viene a la memoria, cuando me siento a redactar este panorama de la narrativa breve del exilio, el amargo lamento del personaje Remigio Morales, escritor exiliado,antes de su desesperanzado y trágico final en el relato titulado “
El remate
”, que M
AX
A
UB
publicó en 1961 en su revista
S
ALA
DE
ESPERA
:
“Sencillamente, no existimos. Fuimos borrados del mapa. Unauténtico remate. Nadie sabe quiénes fuimos.”
Han pasado muchos años desde que viera la luz ese cuento y hoy puede decirse quela suerte ha sido diversa para aquellos escritores que se vieron forzados a abandonar España tras la derrota de la República y continuaron, o empezaron, su obra literarialejos de nuestras fronteras; así, mientras la obra de algunos ha sido plenamentereconocida y hoy goza del favor de los lectores, se edita, se lee, se estudia y forma parteincuestionable de la historia de la literatura española, la de otros no ha tenido la mismafortuna, sigue olvidada y apenas es conocida fuera de ámbitos minoritarios. Resultasintomático que un libro de cuentos como
A sangre y fuego
, de M
ANUEL
C
HAVES
N
OGALES
, publicado en Santiago de Chile en 1937, no se editara en España hasta el año2001; del mismo modo, el de A
NTONIO
S
ÁNCHEZ
B
ARBUDO
, que se editó en 1938 y merecióel Premio Nacional de Literatura, titulado
Entre dos fuegos
, no ha sido nunca reeditado;de otros autores sólo muy recientemente se van recuperando sus libros de cuentos,gracias a profesores que los estudian y a editoriales que apuestan, en proyectosimposibles, por recuperar esas obras olvidadas. De modo que, en primera instancia, hayque hablar de recuerdos y olvidos, de glorias e infortunios.El cuento fue un género muy cultivado por los escritores en el exilio, quienestuvieron que sortear no pocas dificultades para darlos a conocer, entre ellas el insalvableescollo de la prohibición de publicarlos en España y el desinterés con que eran recibidos por los lectores en los países de acogida; y sin embargo, estos autores dejaron unimportante corpus de libros de cuentos, algunos de los cuales, al pasar de los años, seconvertirían en clásicos, por ejemplo,
Los usurpadores
, de F
RANCISCO
A
YALA
. Losautores españoles, a pesar de lo negativo que supuso el extrañamiento del exilio, pudieron expresarse con libertad y ofrecer su visión del pasado reciente sin ningún tipode censura. En la primera década, 1939-1949, abundan los libros de cuentos que, de unau otra manera, desde diferentes sensibilidades y posiciones ideológicas, tratan el temade la guerra civil, de sus antecedentes y de sus consecuencias. En 1944, M
AX
A
UB
publicó
No son cuentos
, un volumen de narraciones centradas en el tema de la guerracivil y en el que figuraba el relato, publicado en
H
ORA
DE
E
SPAÑA
, en 1938, “
El cojo
”, unode los mejores suyos. En 1939, en la revista
S
UR
, publica F
RANCISCO
A
YALA
su “
Diálogode los muertos
”, que luego serviría, en 1949, de epílogo a
Los usurpadores
, sentida y profunda elegía en la que el autor da rienda suelta a su dolor:
“Los que perpetraron la traición, cegados por la soberbia y poseídos por la furia del mando, están protegidos contra la pesadumbrede todo cargo de conciencia por la liviandad de sus cerebros que lesconsiente aceptar sin examen los endebles idearios (sarcasmo, a la duraluz de hoy) con que apresuradamente quisieron vestir y dar hechura a su fechoría.”
Agregar un comentario